Intro Tratados

A continuación les presento un trabajo profundamente intimista finalizado en Febrero del 2008 aún en pleno invierno montrealés. Como amante del cine y escritor altamente influenciado por corrientes cinematográficas y diferentes estéticas visuales, le pondré la promoción (tagline) a este texto como si se tratara de una película. TRATADOS: CUANTO CUESTA RECREAR?. Espero sus comentarios. Bonne lecture! ;) Gracias.

Tratados

Encender el computador, sentarse frente a él; abrir el Msn messenger, el correo electrónico, un texto literario en el Microsoft Word y páginas gratuitas de socialización (Facebook, Hi5); centrar la atención en el texto; esforzarse para avanzarlo más hasta detenerse con rostro desinteresado. Abrir otras páginas; distraerse viendo perfiles en Facebook, intercambiando muchos mensajes en el Msn, interactuando en un foro deportivo y leyendo informaciones en periódicos digitales y enciclopedias. Recibir sigilosamente una visita; abrir la puerta, detener a la visita en la misma puerta, mientras Bimbo (el perro de la casa) ladra levemente.


-¿Y entonces, qué hay?


-¡Shuuuu! (Ademán que exhorta a bajar la voz).


-¿Cómo va todo?


-¡Habla bajito!


-¿En qué va el texto del aristocrático? Quiero ver cómo va.


-No he avanzando prácticamente nada. Oye, espérame afuera.


-¿Y el de las canciones que son personajes?


-Tampoco.

-¿Y los otros?


Empujar la visita hacia el corredor del edificio diciendo:


-Tenemos que hablar seriamente, pero espérame ahí. Tú sabes que no me gusta hablar temas serios aquí.


-Tú y tus mañas ¿Y es que estás trabajando con uno nuevo?


-Dame quince minutos para que hablemos. Espérame ahí.


Enviar dos emails; despedirse de algunos en el Msn; escribir un comentario en el foro deportivo; cerrar todas las páginas y los programas en la PC; ponerse de pie, de inmediato hay una interrupción por parte de la señora (coinquilina).


-No, no la apagues que voy a chatear con mi hermana.


-Ah, ok. Te la dejo.


Bañarse; vestirse; salir del apartamento, hallarse con la visita y comenzar a caminar:



-Oye, pero está bien frío hoy.


-No mucho. La temperatura está a menos cinco, pero es el viento que está fuerte.


-Pero mira que brillante está el sol.


-Si.

-¿Entonces, qué me cuentas?


-Bueno, lo primero que te digo es que no creo que vaya terminar ninguno de esos textos por ahora.


-¡Oh! Y tan motivado que estabas con ellos.


-Sí, lo que pasa es/


-Pero nada, tómate tu tiempo.


-No, de eso tengo que ha/


-Es tiempo lo que necesitas. Eso te ha pasado varias veces.


-No, no creo. Pienso que/


-¿Qué piensas qué? ¿Ahora vas a querer complicarte?


-No, lo que pasa es que esta vez, creo que se trata de otra cosa.


-Tómate tu tiempo y no te pongas a darle muchas vueltas a eso. ¿Y dime, para dónde vamos?

-Oye, pero déjame explicarte.


-No le busques explicación. Por un tiempo, aléjate de los tex/


-¡Pero (en tono exaltado), déja/


Resbalarse con el Verglas esparcido en la acera.



-Cuidadito, cuidadito, y no te pongas bravito que te darás durito (risa leve).


Ponerse de pie, continuar caminando.


-Te decía que no se trata de darme tiempo. Creo que/


- ¿Ah si? ¿Pues entonces de qué se trata? (En voz de broma, mirando de frente y haciendo morisquetas)


-Es lo que te estoy tratando de explicar y me interrumpes.


-Está bien, pero antes te recuerdo que entiendo muy bien el famoso proceso ese de salida, destrucción y reconstrucción del Ego Sustancioso tuyo, que también llamas Post-Ego, ese Ego que se eleva sobre el Ego Crudo, Post-Ego que construíste con tanta fuerza y espíritu (tono que comunica hastío). Así que por favor, no me des más explicaciones de eso, que ya estoy harto de ese tema. ¡Mira cómo me lo sé!


-Si, pero creo que lo que me sucede tiene que ver con eso.


-¡¿También?! Ya veo que es a redundar que vienes (rostro de desinterés).


- No. Es cierto que hacen unos meses de ese proceso, pero me parece que tiene que ver con lo que te voy a explicar.


¿Me oyes?


Dar un empujón.


-Sí, si, adelante (rostro aún más desinteresado).


-Mira, el asunto es que tengo demasiado impulso, ganas /


-¡¿Y cuándo no?! (Gesto irónico).


-/de recrear todas esas impresiones, visiones, ideas, experiencias, sentimientos...Pero el problema es/

Voltear el rostro.


- ¡Wow, wow, wow, mira qué culo ni más bonito tiene esa!


-Diablos, sí...


-¡Carajo!


-Buena que está; parece italiana.


-Oye, pero esto hay que verlo mejor.


Acelerar el caminar; pasarle por el lado a la chica, mirarla de reojo y continuar caminando velozmente.



-¡Vaya, vaya, está deliciosa!


-Ay sí. ¡Gloria para ese pantalón que tanto goce a los ojos da! (Risas).


-¡Bienaventurado sea!


-Si no fuera por que está hablando por el celular, la saludaría. Aunque ahora bien, me da la impresión de que no tendría ninguna conexión con ella.


- Bueno, eso es otra cosa. Por el momento, hay que disfrutar de ese panorama.


Voltearse de nuevo y mirarla.


-Ay ay ay. Cuando vuelvas a estar con una después de todos estos meses de hambruna. Eh...Eh...


-Sí, sí, será muy bueno.


-Déjame despedirla de mis ojos.


-Ya, ya, que va a creer que la vas a violar.


Dejar definitivamente de mirar a la chica y seguir caminando.



-Pues te decía que tengo demasiado impulso/


-Y yo repito: ¿Y cuándo no? (Gesto irónico).


Pararse y poner el rostro algo enojado.


-¿Vas a dejar definitivamente que te explique o no?


-Adelante, adelante (leves risas y ademán que exhorta a la calma).


-Mira, no me interrumpas de nuevo, por más mujeres buenas que pasen, bromas que se te ocurran, por más que creas que sabes lo que te voy a explicar, no me interrumpas de nuevo. ¿Ok?


-Sí, sí, está bien.


-¡No me interrumpas de nuevo!


-Sí, sí, entendido. No te pongas bravito, leoncito (rostro risueño).


-Es más, te lo diré más directo y sin muchas explicaciones.


-¡Ah, qué bueno que me consideres! ¿Pues no crees que es suficiente con ese proceso reciente tan famoso y los textos extraordinarios que tanto has trabajado en estos meses? (Tono irónico y una sonrisa).


-Pues aquí te va:


Tengo ganas de recrear todas esas impresiones, visiones, ideas, experiencias, sentimientos, pero de manera mucho más inmediata y espontánea; pero ese Tratado no me lo permite; es muy minucioso, detallado, calculado, y al ser tan lento, siempre durante las recreaciones surgen otras ambiciones haciendo que todo demore demasiado. Eso me tiene harto ya. ¡Es urgentemente que necesito plasmar todo esto, y no puedo con ese Tratado!


-¿Ah si? (Rostro que se torna serio).


-Sí, es cierto que es un gran Tratado, pero ya no lo soporto más.


-Uh...

-Definitivamente, necesito otro Tratado. Ese está obsoleto ya.


-¿Tú estás seguro de lo que estás diciendo? (Rostro aún más serio que se torna preocupado).

-Claro que sí, ninguno de esos textos se harán por ahora, pues quiero otro Tratado.

-¿Seguro? Piensa bien eso.


-No, no tengo que pensarlo más. Está decidido.


-No te creo. Piensa eso mejor.


Detenerse y mirarse de frente.


-¿Cómo que no me crees? Te digo que está bien pensado. ¡Necesito otro Tratado!


-Es que no creo que quieras cambiar de Tratado así por así; además, no me habías dicho nada al respeto.


- ¿Ah si? Pues te digo que cada vez que intentaba decirte que me estaba sintiendo incómodo, me desviabas el tema creyendo que sabías mucho más de la cuenta. Mira el trabajo que ha dado hoy, y si no es porque me enojo no lo habría podido hacer.


-Oh... (Rostro que además de preocupado comienza a entristecer).


Reiniciar a caminar lentamente.


-¡Qué difícil se te hace aceptar que por abierto, profundo y perfecto estimulador que es ese Tratado, ya le ha pasado/


El decir ‘’Excusez-moi’’ de una señora que pasa por la acera con un niño agarrado de la mano; el disculparse por la obstrucción dando una sonrisa; reiniciar a caminar con un poco más de velocidad.


-Te decía, que me choca lo difícil que se te hace aceptar que a este Tratado le ha pasado su tiempo; ya está desfasado.


-¿O sea que de repente ese Tratado al que llamabas genial, que tanto asumiste, lo desprecias así de repente? (Rostro entristecido).


-Estás exagerando. No lo desprecio y no digo que no sirva. Es un gran Tratado, magnífico, genial, estupendo, inspirador por excelencia; pero necesito otro ya...

Y repito, esta no es una decisión repentina. No te enojes ni te sientas mal, es sólo que necesito afanosamente otro Tratado. ¿Ok?


Guardar silencio durante un minuto.


-Ok.

Pero ahora explícame bien el por qué de todo eso, dame detalles (rostro aún más triste).

-Bueno, así te lo quería explicar pero me interrumpiste varias veces. Pero ya no lo encuentro necesario, pues te he dicho lo principal. ¿Querías que no fuera redundante, no? (Sonrisa algo irónica).


-¡Ahora te burlas! (Rostro enojado).


-Pensándolo bien, desde ahora pienso aplicar lo que necesito para el nuevo Tratado (sonrisa).

-¡¿Y vas a seg/


El salir repentino de un Sans-abri que obstruye el paso pidiendo dinero; ignorarlo y continuar caminando.


-¡Uf! La verdad es que salen de donde sea, son creativos en eso. Ese salió de la nieve como un zombie hambriento; buen vago y tan joven que es...


-Oye, en serio. Quiero que me expliques bien el/


-Por cierto, nunca he visto un filme donde hayan zombies en la nieve, curioso eh...Oye y después se quejan de que los inmigrantes le quitan el trabajo. Así es que/


-¡No me cambies el tema! (Rostro muy enojado).


-¿Eh, ves que no es agradable? (Rostro sonriente).


-Explícame bien la decisión esa con sus detalles. (Tono algo agresivo).


-Bueno, en realidad quiero aplicar desde ahora lo que buscaré en el nuevo Tratado. Pues ese detallismo es el problema de ese Trata/


¡Oye pero no te vayas; esto tiene que ver con la explicación! (Voz alta).


¡Ey, no te vayas!


¡Espera, espera!


Caminar sin rumbo unos minutos más. Retornar (también caminando) a la casa. Recibir emotivos saludos del perro; quitarse el abrigo; escuchar lo que dice la señora coinquilina:



-Oh, sí que Bimbo está emocionado para que lo saques.


-Sí (sonrisa), lo voy a sacar más tarde.


Repetirle eso al perro de manera graciosa; intercambiar comentarios amenos y cómicos con la señora coinquilina; ir al baño, orinar, lavarse las manos; ir a la cocina, tomar dos tomates de la nevera, enjuagarlos; irse a la habitación, quitarse los jeans y ponerse un pantalón corto; sentarse en la cama durante unos minutos con rostro pensativo comiendo tomates; ir a la cocina, tomarse dos vasos de agua; volver a la habitación; acostarse y comenzar a concentrarse.


-Aguantando mis ganas de siempre para tomar agua, me tomé sólo dos vasos para que no me interfiera mucho en esto. ¡Vamos con este asunto! ¡Vamos, vamos!.


Hacer respiraciones profundas provocando que el pensamiento divague sin nada focalizado. Cada vez que esa divagación es interrumpida por una focalización, aplicar esfuerzos hasta lograr una divagación prolongada.


-Bueno, ya todo parece estar despejado, ahora lo llamo.


Evocar al Maestro; elogiarlo hasta escuchar sus risas. Explicarle que el motivo es la Gestión de un Tratado. Recibir la indicación para el momento preciso: buscar una luz rosada y abrazarla; hundirse en las carcajadas del Maestro.


-Ya, parece ser el momento.


Pararse; salir de la habitación, notar que la señora está viendo televisión con el perro. Moverse velozmente por todo el apartamento; detenerse:


-Uh...

¿Qué pasa? Todo está muy concreto aún.


Abrir la puerta del apartamento, mirar a los alrededores...


-Ah, no, no es el momento aún', como dice mi papá: ¡Falsa alarma!, así que: ¡Posición anterior! Bueno, déjame aprovechar para ir a mear entonces. Al menos, ya hice una parte.


Entrar, cerrar la puerta; hacerle algo de gracia al perro (que está afanando para que lo saquen); ir al baño, orinar, lavarse las manos, secárselas; retornar a la habitación, reconcentrarse; evocar al Maestro, alabarlo hasta escuchar las carcajadas; hundirse mucho más profundo en ellas.


-Ah, ya debe ser. ¡Ahora sí!


Ponerse de pie y comenzar a caminar.


-Mira toda esta neblina en la casa...Si, esta es la sala de la casa donde vivía hace dieciséis años. ¡Ey, qué muro ese! Es una mezcla de las pirámides que visité con Cindy en Constanza y del muro de la película Pink Floyd, The Wall. ¿Oh, y esa música?... Pero no, no puedo desconcentrarme, debo hallar la luz esa.


Cerrar los ojos.



-Vamos, vamos...


Abrir los ojos.



-Uh... Me hallo en pantaloncillos en medio de esta cálida nieve. Un momento...¡Pero esta nieve es orina!

Y este alboroto repentino...!Oh!


Mover los brazos para ahuyentar.


-Quítenseme de encima mujeres feas, depresivas, de baja estima, quítense ustedes también, falsos amigos que en fondo son maricones reprimidos, no, no, no soy ningún homofóbico, pero es que son falsos ustedes.¡Quítate maldito marica!


Acelerar el movimiento de los brazos para ahuyentar esas personas.


-Quítate cuarentona patética que tanto molestas.


Y vienen más y más; reconcéntrate, reconcéntrate...


Cerrar los ojos.


-Hacia la luz rosada voy, hacia allá voy.


Abrir los ojos.


-Un momento, esto es...Quinto de primaria, mira a la profesora Carmen, al loco José y su banda haciendo bromas (risas); ignóralo, ignóralo que no puedo desconcentrarme. Ahora el loco José está en una gran avenida de aquí de Montréal jugando Nintendo, pero el tránsito es el de Santiago en la actualidad. ¡Mira cómo se matan jugando a Double Dragon en la acera! (Risas). Ah...los ochentas y el Nintendo; sí, pero no te pierdas, es la luz rosada que busco.


Cerrar los ojos; abrirlos.


-Ahora tengo que bajar esta montaña.

¡Ay cuántas mujeres allá abajo y yo con este binocular!


Mira esa qué bonita, la del traje de baño de la bandera de Venezuela... ¿Y aquella? Ah, esa fue la del nalgón que vi ayer en el autobús; y esa del vestido rojo, ¡Wow, qué bonita está! Ahí va Rafael a hablarle, si Rafael el alabancioso que toma el control de todas las conversaciones, Rafael alias todos los ríos desembocan en él (risas). Mira qué postura tiene esa, así aplastada, ella parece brasileña. Oh, pero si es meando que está, así es que/


¡Uff! ¿Qué me pegó?!...Ah, fue una bola de béisbol; se me hincha el ojo y se me cayeron los binoculares prestados. Ojalá y no se hayan rotos. Oye, me pierdo...


Cerrar los ojos; abrirlos.


-Mira eso, aquel quebeco se va a suicidar, se va a tirar hacia el tren y muy cercano a él, Takeshi Kitano habla con un reportero. Un momento, pero ese reportero es uno de los actores en una de las películas de él, deja ver en cual...¡En Fireworks! Sí, en Fireworks, sí, sí... Ey, por cierto, sigo sin ver la luz. ¡Uff!


Cerrar los ojos.


-Si sigo distrayéndome tendré que volver al inicio. Vamos, vamos, vamos, que no puedo distraerme, bastante necesito ese Tratado. ¡Así que con toda mi voluntad me concentraré en hallar esa luz rosada!


Abrir los ojos; ver una cascada enorme que hace la de telón en un teatro donde hay pocas personas, muchos animales dispersos y un grupo de famosos baloncestistas que juegan baloncesto.


-Sigo sin verla, concéntrate más...Más...Más...


Observar minuciosamente los alrededores:


¡Ah! Mírala allá en el fondo de la cascada, entre las casas. Allá voy...


Cerrar los ojos, correr a todo dar hacia la luz rosada.


-¡Pero qué cómodos están estos tenis!


Abrir los ojos.



-¡Ah! Pero si son Nikadis, el hijo don Nike y la señora Adidas; es el fruto de un gran amor, se quieren mucho...Se nota en las fotos del matrimonio en el periódico gigantesco que lee ese señor. ¡Oh, pero que enojado se ve Jordan en la boda!, está bravito. ¿Estará él celoso o será sólo por el negocio que tenía con don Nike? A ver...Me estoy distrayendo, estoy perdiendo la luz...¡Concéntrate!


Cerrar los ojos; abrirlos, ver la luz más claramente; cerrar los ojos, correr más aceleradamente hacia la luz. Abrir los ojos.


-Ya llego, ya llego...Mira, está dentro de un cilindro.


¡Qué cristal más precioso el de ese cilindro! Ah, la luz es un gas. ¡Qué extrañas figuras hace ese gas dentro del cilindro!


Detenerse frente al cilindro que contiene la luz; abrazar el cilindro, ser transportado a un todo oscuro; dar muchas vueltas en la oscuridad, hasta que el gas rosado luminoso del cilindro (la luz) vuelve a iluminar. Notar que hay algo enrollado (de color plateado muy fuerte) en el cilindro: son las instrucciones. Leerlas; comenzar a aplicarlas:

-Arrodillarse frente al cilindro.


-Leer una y otra vez el credo para el presente Tratado (credo que se halla en las instrucciones) hasta aprenderlo de memoria.


-Cerrar los ojos y repetir el credo, cada vez de manera más fluida y natural.


–Sentir la caída de un martillo.


-Abrir los ojos y romper el cilindro con el martillo.


-Seguir repitiendo el credo hasta que todo el gas rosado se disipe en la habitación.


-Esperar las próximas indicaciones arrodillado.


- Ahora hay que esperar entonces. Mira que belleza, cómo se disipa el gas ese, cómo todo se va transformando en mi habitación y cómo el sonido va cambiando...Oye al perro ladrando, oye a la señora hablando por teléfono. Ah, ella está caminando hacia la puerta...


Oír que ella toca la puerta de la habitación y dice:



-¿Qué pasó? Oí que algo se rompió.


-Yo también. Pero no, no fue aquí eso.


-Ah,es que sonó muy cerca.


-No, no fue aquí; parece que fue una ventana de algún vecino.


-Ah, bueno.


Escuchar que ella se aleja y que el perro se calma; tomar un pedazo de cristal; mirarlo...

-Pero la verdad es que es bien grueso este cristal, por eso el martillo es tan pesado. Con razón hizo ese escándalo. Ahora, al que le den con ese martillo, no será jamás la misma persona. ¡Jamás en la vida! (Leve risa). Ey, cómo está cambiando la temporada, mira la hora que es y aún queda un poco de luz solar. Hace un mes estaba todo oscuro una hora antes.

Mirar a la izquierda, al gavetero donde está el celular encima.


-Déjame ver si tengo llamadas, a ver si alcanzo el celular desde aquí, no puedo dejar de estar arrodillado... No, no puedo; lo veo después...


Umm...A ver qué voy a comer cuando termine de esto, antes de sacar al perro; creo que tengo pescado aún, pero no suficiente cebolla. Es más podría/ Un momento, todo está cambiando de nuevo...


Presenciar cómo se desmantelan las paredes de la habitación tornándose en árboles, cómo súbitamente se hace oscuro afuera y sale una enorme y radiante luna, cómo el piso se torna grama y cómo el sonido se hace el de un bosque cargado de flora.



- Este monte debe estar mínimo a mil metros sobre el nivel del mar.


¿Oye, pero y esas sombras encaramadas en los árboles? ¡Ah! Están detrás de ellos también...Están saliendo, salen de más en más, salen de todos partes; se me acercan, pero no tengas miedo ni te pares; mantente así... ¡Si que son espeluznantes todas saliendo y con la luna iluminando tanto, se ven exageradas!


Un momento, están sacando cuchillos, mira cómo ellos brillan con la luna... Pero, mantén la calma, que el miedo es inútil, es totalmente inútil. Así que tranquilo, tranquilo, tranquilo...


¡Ah! Allá atrás la luna se está derramando como un líquido, está formando un infinito fondo blanco, y se me acerca esta multitud de sombras con cuchillos. ¡Son muchas! Son horrorosas, me está dando miedo, me estoy asustando mucho...Mejor cierro los ojos y trato de relajarme.


Ya las siento a mi lado, pero ya he sacado al miedo, no tengo miedo...No, no tengo miedo.

Abrir los ojos y mirar a todos los alrededores; todo está repleto de sombras con grandes cuchillos. Percatarse de que la sombra que tiene el cuchillo más grande va acercándose y las demás le van abriendo paso.


-¿Y este con ese cuchillazo? Parece ser el líder...


- Nos gusta que estés relajado, eso facilita las cosas. Escucha bien lo que te digo: lo primero es que te pongas de pie; muy bien, ahora desvístete y cierra los ojos para que no te distraigas, pues son muchas las cosas que van a pasar. Te ordeno a que no los abras en ningún momento y tampoco te muevas. Nuestros cuchillos son para que cada uno de nosotros lo pasemos por tu cuerpo, ya que necesitamos tu sangre. Cuando ya no sientas ningún cuchillo perforarte y la lluvia torrencial comience a caer, alzarás los brazos y juntarás tus manos, harás una punta con ellas; todo esto es porque serás el lápiz con el que la gigantesca Sombra del Maestro escribirá el Tratado que buscas en ese infinito fondo blanco y la tinta será tu sangre, sangre que se multiplicará con la lluvia torrencial que está a punto de caer. En resumen: no abras los ojos, no te muevas y en el momento indicado alza los brazos y junta las manos haciendo la forma de un lápiz, la cual tienes que mantener hasta que esto termine.


¿Está todo claro?


-¡Si!


-Muy bien. ¡Vamos!


Ejecutar todo aquello. Ir al baño, orinar, lavarse las manos; ir a la cocina, prepararse cereal con leche. Sentarse frente al televisor donde la señora ve un noticiero; intercambiar algunos comentarios con ella. Volver a la cocina; fregar la vasija y la cuchara recién usada. Ir a la habitación; vestirse, abrigarse, entrar dos fundas en el bolsillo del abrigo; ir a la sala, ponerle la cadena al perro; salir con este, comenzar a caminar; hacerle gracia, hablarle:


-Está haciendo un viento fuerte, Bimbo. ¿No es así?


Tras unos pasos, detenerse; esperar a que el perro orine.


-Te estabas explotando, Bimbolo...¡Mira eso! Pusiste esa nieve amarillita.


Reírse levemente; recomenzar a caminar, en unos segundos escuchar:



-¡Sí! ¿Tú sabes lo que parece esa meada ahí en la nieve?...Al fantasma amarillo de Pacman el comecocos (risas). ¡Igualita la forma! Nada más hay que ponerle los dos ojos. Te felicito Bimbolo, si que sabes mear con arte.


Seguir riendo y en unos segundos decir:


-¿Y tú qué?. Me dejaste con las palabras en la boca ahorita...


-Excúsame hombre. Es que estaba muy enojado.


-Bueno...

-Oye, pero está haciendo un viento cortante.


-Sí, está fuerte.


-¡Uff!...


Por cierto, tengo algo interesante que decirte sobre el texto del/


-Oye, no vengas con ese tema que esta tarde ya eso se habló muy claro.


-Pero deja que te diga, es bien interesante.


-Eso no lo dudo. Pero ya de eso hablamos esta tarde.


Parar de caminar para esperar a que el perro defeque.


- Sí, pero no te encierres que es muy, pero muy interesante lo que te voy a decir.


-No, no me interesa hablar de ese tema.


-Pero, déjame decirte. No te encierres.


-Por eso, no me estoy encerrando en la misma cosa. Ya eso se habló hoy.


-Dices que no te encierras pero no dejas que te diga nada.


-Cambiemos ese tema, por favor.


Comenzar a desplegar las fundas para recoger las heces del perro.


-¿Sí?. Por favor...(Gesto de súplica).


Hazme ese favor, cambiemos de tema. ¿Ok?


Agacharse a recoger las heces.


-¡Oye deja eso así!


-Sí, buena idea; mejor lo dejo así. Total, nadie me está viendo y esa nieve la apartan mañana; se las dejo. Es más, es hasta un buen regalo; vamos a dedicársela al gobierno de Canadá, no al quebeco eh... ¡Sino al gobierno de Canadá!.


Reírse y hacer la postura de honor militar al lado de las heces; reiniciar a caminar.


-Mira eso, el Bimbolo ya se puso liviano, mira lo rápido que camina.


- Pero suéltalo ya...


Soltar al perro (sin quitarle el lazo) en esa calle solitaria y seguir caminando.


-Mira qué emoción tiene.


-A ese le encanta que lo saquen.


-Atiende el nuevo juego que saqué con él.


Jugar correteando con el perro hasta que éste inicia a ladrar desenfrenadamente.


-¿Y qué diablos es eso? (Rostro impresionado).


-Eh...

!Ah, ya! Ya sé...


-¿El qué?


-Bimbo, tranquilo, tranquilo... ¡Bimbolo, tranquilo!...Mira que es un amigo, Bimbo.

-¡Saludos!¿Cómoestán?!


El saludar también del perro que ya se está tranquilizando.



-Hola.

-¿Y este acelerado quién es?


-Él es el representante del nuevo Tratado.


-¿Ah sí?


¿Ya tienes otro Tratado?


-Sí, te había dicho que estaba muy decidido.


-Logestionamosestatarde. ¡Estoymuycontentoyemocionadoconesto;diríaquecontentísimo!


-Eso no se hace hombre, eso no se hace. No puedes dejar eso así...(Rostro entristecido).


-Pero si te lo dije seriamente.


-¡No, así no!


-¡Amigo,notepreocupes!EsteTratadoesmásampliotodaviaydamuchasmásposibilidades.

-¡No, eso no se hace!


El perro se aleja curioseando en los alrededores.


-Sí, tómalo con calma...


Tranquilo, tranquilo.


-¡EsunTratadoqueencajaperfectamentecontodoloquesenecesitaahora.Desdehaceunos/

-¿Por qué coño hablas así?


-Ey, suave, suave.


-¡Calma,quedesdehaceunosmesesyaesteTratadoestabasien/

-¡Cierra la maldita boca! (Con tono muy alterado y propinando un puñetazo).


-¡Basta! Te pasaste.


-Joder, es que me pone loco.


-¡Ya, dije!


-Me pone nervioso hablando. Parece un maldito drogadicto.


-Ya está bueno de/


-¡Pero es que/


-¡Óyeme! (Interrumpiendo en tono muy alto).


Ya está bueno de tus necedades. Se te ha/


-Si, pero es/


-¡Cállate!

Se te ha olvidado que yo soy quien mando aquí.


-No, pero/


-¡Es más, ya me harté de ti. Te voy a paralizar! (Tono altísimo).


Lanzar carcajadas durante unos minutos.


-!Québuenoqueestéscontento!

EstádemáspreguntartesitehagustadotuprimertrabajoconelnuevoTratado.

-Claro que sí. Lo he disfrutado bastante.


-YaestabashartodelosdetenimientoydetallesdeaquelTratado.

-Sí, y cuando uno venía a completar un texto hace rato que el impulso se había apagado; entonces al terminarlo se sentía mucho más frío.


-¡ConestenuevoTratadoestodolocontrario!

-Claro que sí. ¿Ahora bien, no crees que así como representas la euforia, la espontaneidad y la velocidad de este nuevo Tratado en tu hablar, debería representar más a este/


Señalar al paralizado.


/según las cualidades de aquel Tratado? Porque a él no lo he representado mucho, sólo en algunas cosas.



-¡No!


YadesapégatedeaquelTratadoqueestenorequieredetantoscálculosniplanificaciones;peroentiendo,eslacostumbrequetienestodavia.PerosabesbienqueesteTratadoincluyealotrotambiéncuandoelcasoloamerite(peroestecasonoloamerita),pueselootroesbastantericoricotambién...


-Sí, tengo tantas posibilidades. ¡Eso me gusta!


-¡Ay,si!


Ahoradalemovimientoaeseindividuoyllamaalperroparaquenostomemosunafotoderecuerdotodosjuntos. ¡UnrecuerdodelprimertextohechoconesteTratado!


-Claro que sí, muy buena idea.


Llamar al perro. Dar movimiento (y convencer a la vez) al otro. Caminar hasta un lugar idóneo; poner la cámara encima de un montón de nieve; programarla para una foto automática; ponerse a la distancia indicada con el perro al lado; tomarse la foto.